Fichero Político / Ángel Mario Ksheratto

¿Se acabará el asistencialismo?

 Una misma dirección, que es lo mismo que unidad entre la sociedad y el gobierno. Sin ésta, según Manuel Velasco Coello, no se avanza en ninguna dirección y menos, si se gobierna con ocurrencias e improvisaciones. Cierto, en un estado donde se requiere de acciones más allá de los buenos deseos, la planeación objetiva y los proyectos de largo alcance, son necesarios para solucionar problemas ancestrales como la pobreza ya marginación, flagelos que, con la propuesta federal y la buena voluntad del gobierno del estado, parecen estar dentro de un cauce de solución adecuados.

El Plan de Desarrollo Nacional presentado ayer en San Cristóbal de las Casas, tiene mucho de izquierda, de socialismo al estilo de Lula da Silva, el expresidente brasileño que logró el milagro de transformar la economía del país sudamericano: participación activa de la sociedad que desplaza la dádiva y abre las puertas al desarrollo comprometido de todos.

Rosario Robles Berlanga, de absoluta extracción socialista (en tiempos idos, comunista recalcitrante) puso precisamente el punto sobre las íes: “No podemos hablar de beneficiarios porque no son canonjías”, explicó.

Y es que para superar todas las crisis, todos deben ser protagonistas activos y no, beneficiarios pasivos. Es decir, que todos trabajen y no estén atenidos a lo que el gobierno le dé en buena o mala gana. El paternalismo no siempre es bueno como tampoco lo son, las políticas populistas que tienen efectos electorales, pero no llegan a ser soluciones de fondo.

Es lo que llama la atención; desde hace años, los programas para abatir la pobreza, eran asistencialistas. Se otorgaban a cambio de votos o de asistencia a eventos masivos donde se organizaban cultos a la personalidad de los gobernantes en turno. Hoy parece ser que la estrategia se enfoca hacia la participación de todos.

Evidentemente, el concurso de todos implica la opinión de cada uno. Por ello, las ponencias presentadas en San Cristóbal de las Casas, reflejan las necesidades de una población urgida de soluciones y no solo de discursos técnicamente bien elaborados, pero socialmente mal planteados, como ocurría en el pasado.

Una mirada a los países asiáticos, nos haría bien; ahí, no se conformaron con el reparto de paliativos. La asistencia gubernamental, la convirtieron en inversión, la hicieron crecer. Es lo que nos hace falta, lo que nos convertiría en una sociedad productiva y no en un pueblo vividor, holgazán y carente de visión de futuro.

Es bueno saber que el gobierno federal y la administración de Manuel Velasco Coello, le apuestan a imponer un nuevo ritmo de desarrollo. Es darle a cada quien, la responsabilidad que le corresponde.

Y en esto, por lo visto ayer, se involucra a todos. Y se toma en cuenta la opinión de cada uno. Hay entonces, la seguridad que, si cada quien asume su papel y se pone a trabajar en serio, superará sus carencias. Apertura hay; recursos, se ofrecieron. La oportunidad, entonces, no puede ni debe desaprovecharse. Sería erróneo dejar pasar una oportunidad que se antoja, factible.

El gobierno pone el recurso, la sociedad, la mano de obra, el entusiasmo y la determinación de ser ella misma la que combata sus males.

Hasta ahora, dos son los programas que podrían ser efectivos: La Campaña Nacional contra el Hambre (que habrá qué revisar sus alcances, prioridades, orígenes y posible destino cierto) y el Plan Nacional de Desarrollo. Si se acoplan los dos y se practican adecuadamente sus postulados, estaríamos hablando de un avance mucho más allá de las expectativas.

Todos esperamos el fin del asistencialismo populista y dañino. No es bueno para salir del tercermundismo. La participación comprometida y el trabajo conjunto, como se establece en las nuevas políticas, son la solución para transformar a México y más, a Chiapas que se cuenta entre los estados con escandalosos índices de pobreza y marginación.

Y eso que en el sexenio pasado, se dijo que tales asuntos, se habían superado; solo fue propaganda, sabemos hoy. Nunca hubo avance en el combate a la pobreza. Si hay más pobres, no es porque hoy sean ricos. Es porque murieron del hambre. Así de sencillo. Ojalá y los programas que hoy se presentan con bombo y platillo, no sean, en seis años, otro factor para la desilusión.

 Tarjetero

 *** Muchos diputados y funcionarios y diputados, llegaron tarde ayer al evento en San Cristóbal. Argumentaron que habrían sido citados a las 11 de la mañana y no a las 10, hora en que inició el evento. Para el colmo, el tráfico estuvo para cardíacos. *** Oswaldo Chacón Rojas, de triste memoria por haber sido el operador electoral de las suciedades del tirano Pablo Abner Salazar Mendiguchía, pretende engañar a los del Tribunal Electoral de la Federación. Deben saber los escrutiñadores que el sujeto en mención, es uno de los operadores de fraudes electorales más experto en Chiapas. Por tanto, no tiene solvencia moral para ocupar un cargo donde se requiere tener como mínimo, buena conducta. Habrá que preguntarle, para empezar, cuánto del erario público de Chiapas se utilizó para irse a España a dizque estudiar. Digo dizque, porque sus aficiones personales, lo distrajeron de tal manera que el cartón, debió comprarlo en cualquier tianguis. *** Muchacha indígena, Mercedes puso ayer en jaque a todos. Dio un discurso fenomenal; nítido, inteligente, congruente. Una de sus frases quedó para siempre: Las mujeres indígenas, no queremos depender de un hombre. Rosario Robles y Manuel Velasco Coello, se lo aplaudieron efusivamente. Y eso que dijo que no sabía hablar español.

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